Ranos 54-55
Ranos 54-55

FUENTE DE PIEDRA

 Sobre las campanas del templo

         Cuando en 1889 el Duque de Mandas dio por concluida la  construcción de la iglesia de Fuente de Piedra, costeada por el Ministerio de Gracia y Justicia, quedaron algunos elementos pendientes no financiados por el Ministerio como fueron las campanas y el reloj, que años más tarde correrían a cargo del vecindario mediante suscripción popular en primera instancia y, en segunda, también por el vecindario, ya que el Ayuntamiento, ante el escaso montante recaudado en la suscripción popular, incluyó el importe faltante en los presupuestos anuales para saldar la deuda contraída con el contratista.

         Hoy nos ocuparemos de la adquisición de las actuales campanas, dejando la compra e instalación del reloj para otro momento.

         La anterior iglesia, la afectada por el terremoto tenía dos campanas más pequeñas y muy deterioradas por el uso. Pero a falta de pan, en 1889 fueron subidas a la torre para la inauguración del nuevo templo, con la idea de sustituirlas en momentos de mayor capacidad económica en el municipio. Y allá arriba resistieron durante más de dos décadas hasta que en 1912 se dan una serie de circunstancias que, sin ser ideales, permitieron acometer la empresa de adquirirlas y sustituirlas por las antiguas, ya rotas e inservibles.

         El estado ruinoso de las antiguas campanas, desde la entrada del nuevo siglo venía pidiendo a gritos el cambio. Pero la agitada, alborotada y desordenada política municipal de la primera década del siglo XX fue dejando aparcada tan necesaria sustitución hasta que a principios de 1912 la nueva Corporación, encabezada por D. Francisco Luque Pachón, inicia una suscripción popular para su adquisición. Hasta el 7 de agosto de ese año, sólo se habían recaudado unas 500 ptas. de dicha suscripción, cantidad muy inferior a la presupuestada. Pero el Ayuntamiento tiró hacia adelante con la propuesta presentada por el empresario D. Constantino Linares Ortiz, quien desde su taller ubicado en Carabanchel Bajo, en Madrid, se comprometía a fundir las dos campanas solicitadas a cambio de las antiguas, que estaban rotas y 1.500 ptas. corriendo a su cargo el transporte y colocación.

         Siendo así acordado, aunque fueron fundidas en 1912 como consta grabado en las propias campanas, no serían hasta el año siguiente trasladadas y colocadas en el campanario de la iglesia, siendo entonces el cura párroco titular D. Miguel Palomo Montenegro.

         El abono a D. Constantino se hizo con un pago inicial por el montante de lo recaudado en la suscripción, quedando 1.000 ptas. de deuda pendiente que se acomodó en dos letras de 500 ptas. cada una y vencimiento anual. Importes que fueron incluidas en los presupuestos municipales de los ejercicios 1913 y 1914.

         Durante más de un siglo las campanas han prestado un buen servicio hasta que en 2017, aún gozando de buena salud, fueron bajadas para sustituirles el yugo y asegurar su anclaje al campanario, quedando de nuevo dispuestas para seguir informando a los villafontenses cuando se produzca algún evento de importancia, con su peculiar lenguaje, cuya clave, conocida por los vecinos, es un misterio para los foráneos.

Francisco Muñoz Hidalgo

 

 

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