Ranos 54-55
Ranos 54-55

FUENTE DE PIEDRA

La Milicia Nacional

(Un organismo un tanto desorganizado)

         La Milicia Nacional fue un cuerpo de ciudadanos armados cuyo principal objetivo era mantener el orden público. Con anterioridad hubo otro tipo de milicias. En la Edad Media fueron las llamadas milicias concejiles, pero la que ahora nos ocupa podríamos decir que tuvo su origen en el siglo XVIII, durante la guerra de Sucesión, si bien habrá que esperar a la Guerra de la Independencia (en la que el ejército español fue destruido por las tropas napoleónicas), para que se arme a los ciudadanos y se les invite a sublevarse contra los gabachos.

         Cuando esto ocurre, Fuente de Piedra es una pedanía de Antequera y es la Milicia Nacional de Antequera la que actúa en el actual término villafontense cuando la situación lo aconseja. En este sentido, en 1837 tuvo que auxiliar al comandante de Resguardo de la Laguna para evitar la producción de sal, que en esos años estaba prohibida y, cuatro años más tarde, en 1841, se mandó para que campease por el pueblo al capitán de la 1ª Compañía del Escuadrón de esa milicia antequerana con objeto de batir la zona y «limpiarla de ladrones». En una de estas salidas se apresó al bandido Francisco Pino, alias Pinorro, que andaba extorsionando a dos vecinos del pueblo.

         Fuente de Piedra es ya un municipio independiente cuando se inicia la Década Moderada (1844-1854). En 1844 se crea la Guardia Civil y tres años más tarde, en 1847 ya cuenta la población con un Puesto del instituto armado.

         A la Década Moderada sigue el Bienio Progresista (1854-1856), período en el que es sustituida la Benemérita por la Milicia Nacional. Esto ocurre porque cuando llegan al poder los progresistas y liberales surge la Milicia Nacional; cuando lo ocupan los moderados o conservadores desaparece la Milicia y la Guardia Civil la sustituye.

         En 1854 Fuente de Piedra aún no tiene su propia milicia ciudadana porque como municipio independiente con entidad propia acababa de nacer, pero el 8 de agosto, la Junta Directiva de Gobierno de la provincia acuerda «que inmediatamente proceda ese Ayuntamiento (refiérese a Fuente de Piedra) a la formación de un alistamiento voluntario de Milicia Nacional, expresando en él, el primero y segundo apellido de cada uno, su edad, estado y profesión, no comprendiendo a los físicamente impedidos, encausados y de mala conducta, remitiendo enseguida copia autorizada de dicho alistamiento para la aprobación y ulteriores disposiciones de esta Junta».

         Así nace la Milicia Nacional en Fuente de Piedra, compuesta con vecinos del pueblo y justo es reconocer que esa Milicia estuvo dominada por elementos radicales y exaltados ideológicamente hablando. La indisciplina y la insubordinación eran actos frecuentes, por lo que distaba mucho de ser una fuerza organizada y eficaz. En teoría, la Milicia guardaba cierta similitud con el ejército en lo referente a organización y jerarquización, pero sólo en teoría, pues fue una fuerza local dependiente del Ayuntamiento. El 12 de agosto de 1854, fecha en que se cierra el alistamiento, eran 71 los milicianos alistados, a los que hubo que añadir 5 más que se incorporaron el 10 de octubre, sumando la naciente fuerza local 76 milicianos. De inmediato se procedió a nombrar a los jefes de dicha milicia, cuya jerarquía la componía 1 capitán, 1 teniente, 1 sargento primero, 1 sargento segundo, 2 cabos primeros y 2 cabos segundos, cuya distribución y asignación fue la siguiente:

         Capitán:              Diego León Jiménez

         Teniente:             Ramón Díaz y Borrego

         Sargento 1º:        José Segura Ruiz

         Sargento 2º:        Francisco Montero Guerrero

         Cabo 1º:              Pedro Pachón y José Navarro

         Cabo 2º:              Juan Pachón Fernández y Francisco León.

         Al igual que ocurrió en otros municipios, la Milicia Nacional Local o Milicia Ciudadana, más que traer tranquilidad y paz al pueblo, lo alteró. Hay pruebas que apuntan a algunos elementos de la milicia como responsables de participar en revueltas e incitar a los vecinos a provocar desórdenes. En base a esto, aunque sin resultado, para que quedase constancia que la Milicia Nacional era una fuerza que debía velar por la tranquilidad de la población y no abusar de su autoridad como de hecho ocurría, se recordó al alcalde que tenía la obligación de informar ante «algún acto de rebelión asonada, motín ó cualquiera otro [ilegible] de atentado contra la tranquilidad pública proceda inmediatamente y sin levantar mano».

         En el Bienio Progresista la Milicia Nacional se envalentonó al decretarse el «autorizar a los milicianos nacionales el uso ilimitado de armas en caminos y despoblados sin más requisitos que un certificado del alcalde de su vecindad». Ante las nefastas consecuencias derivadas de esta medida, tomada a la ligera, se intentó dar marcha atrás de forma sigilosa para que «no redunde en desprestigio de la Milicia por el abuso que de un beneficio introducido solo a favor de los ciudadanos honrados pudieran hacer algunos mal intencionados que quisieran convertir ese beneficio en instrumento de miras que tan contrarias son al objeto de la ley».

         En Fuente de Piedra, el suministro de armamento, uniformes y otros complementos de los 76 milicianos alistados no ocasionaron gasto alguno al erario público; fue costeado del propio pecunio de los vecinos alistados en la milicia.

         Cuando Narváez llega al poder en 1857 disuelve la Milicia y la Guardia Civil ocupa su lugar. En años sucesivos se irán alternando ambas fuerzas que se muestran antagónicas, provocando incluso el enfrentamiento entre ambas hasta el punto de tener que mediar la reina Isabel II.

         La milicia cambiará de nombre según el momento, así, durante la Primera República pasa a llamarse Voluntarios de la República; con la Restauración Borbónica, Voluntarios de la Monarquía Constitucional, si bien, bajo este régimen político, de marcado carácter conservador, la milicia terminará desapareciendo.

         La Milicia Nacional, también llamada Milicia Ciudadana de Fuente de Piedra participó en la mayoría de los acontecimientos de importancia histórica que en los siglos XIX y parte del XX tuvieron lugar en el municipio. Pero esa es otra historia.

Francisco Muñoz Hidalgo

 

 

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