Ranos 54-55
Ranos 54-55

FUENTE DE PIEDRA

 

Transportes y Comunicaciones

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EL FERROCARRIL

Entre pueblo y laguna empezó en Fuente de Piedra la actividad industrial que caracterizó al siglo decimonónico. Allí quedó ubicada la Estación de Ferrocarril y en sus inmediaciones, en el paraje conocido como Los Juncares, lindando con El Retamar, la Fábrica de Abonos.

     La envidiable situación geográfica de municipio fue un  factor determinante del impulso económico experimentado en la zona tras la llegada del ferrocarril. La vía férrea que unía Córdoba y Málaga, incorporaba en su rosario de localidades a Fuente de Piedra, lo que le iba a reportar múltiples beneficios.

    El trazado fue votado1 favorablemente por las Cortes el 3 de febrero de 1856, y habría que esperar a 1863, año en que serían expropiadas las parcelas por las que habría de discurrir el camino de hierro, que permitiría ver circular las primeras máquinas de vapor.2  Y esa primera máquina de vapor pasaba por Fuente de Piedra la mañana del jueves 10 de agosto de 1865. Numerosos vecinos bajaron a dar la bienvenida a aquel convoy que había salido de Córdoba al alba, a las 6 de la mañana,  con destino Málaga.

A ilustres empresarios malagueños debemos el impulso y la tenacidad por conseguir unir por ferrocarril la capital malagueña con la del Reino a través de Córdoba. Nombres como Jorge Loring, Tomás Heredia y Martín Larios están estrechamente vinculados a este tramo férreo.

Con la llegada del ferrocarril, también llegó el telégrafo. Los jefes de estación habían de informar a las dos estaciones limítrofes el tráfico ferroviario que se aceptaba o se enviaba de una a otra, como ya hemos explicado en el capítulo anterior.

Entre las dificultades principales estaban las continuas revueltas que se venían produciendo durante esa segunda mitad del siglo XIX, que ponían en peligro el tráfico ferroviario, bien atentando contra los hilos del telégrafo, lo que dejaba incomunicadas las estaciones entre sí, bien atentando contra la propia vía férrea interponiendo obstáculos cada vez más voluminosos y difíciles de desplazar que acarreaban funestas consecuencias como el descarrilamiento.3 La responsabilidad de mantener la vía franca de este tipo de incidencias recaía en la alcaldía del municipio por donde pasaba el trazado. Y si en marzo felicita la Inspección de Ferrocarriles al alcalde por el  del celo desplegado,4 en octubre le amenaza con exigirle responsabilidad y pone en conocimiento del gobernador civil que la alcaldía era negligente en la tramitación y el castigo de las denuncias.5

Entre las denuncias más corrientes estaba la de cruzar la vía con el ganado al tiempo de paso del tren6 y en  otras queda patente la intención de causar daño al objeto de crear alarma social.7

Otro de los inconvenientes causado por el ferrocarril eran las chispas despedidas por la máquina de vapor que  saltaban a los sembrados y provocaban los consiguientes incendios; si bien hay que decir que no siempre fueron las máquinas de vapor las culpables de tales incidentes.8

En momentos críticos se extremaba la seguridad y un ejemplo lo tenemos en septiembre de 1868, lo que desembocó con altercados ya analizados en otros capítulos9 Un cuidado muy especial se tenía en momentos críticos como ocurrió en Septiembre de 1868, que dio lugar al llamado “sexenio democrático” desembocando posteriormente en la llegada de la I República. Lógicamente, las autoridades deseaban y necesitaban estar informadas en todo momento de cuál era la situación en puntos extremos, como era el caso de Fuente de Piedra respecto a su capital de Provincia. Es por esto que en momentos críticos se establecía una vigilancia especial.10

        Otra de las ventajas de ferrocarril fue hacer llegar a Fuente de Piedra todo tipo de mercancía dirigidas tanto al propio municipio como a los pueblos colindantes, siendo descargadas en el muelle de la estación hasta su posterior distribución.

El transporte de la correspondencia también contribuyó a un mejor servicio de Correos como hemos vista páginas atrás.

Y en lo que a transporte de personas se refiere, el ferrocarril tuvo gran aceptación pues era un medio cómodo y barato para desplazarse. A la estación llegaban muchos pasajeros de los pueblos de la comarca. Tanto es así que el camino de Fuente de Piedra a Alameda, cuyo firme siempre estuvo en un estado muy lamentable y nunca se le prestó mayor atención dado que los intereses de ambos pueblos no convergían al estar orientados ambos hacia Antequera, con la llegada del ferrocarril y su proximidad, la situación cambió y de inmediato se solicitó el arreglo del camino que los unía.11  Obras Públicas de Málaga encontró sentido a la propuesta, más si cabe dado que en estas fechas (1867), la situación económica y política pasaba por un mal momento. Muchos eran los obreros que estaban parados y en definitiva ello significaba dar un poco de mano de obra a una clase necesitada que estaba poniendo en peligro el sistema. Por ello, se aprobó el arreglo del camino de Fuente de Piedra a Alameda con cargo a la provincia, aunque ambos pueblos contribuyeron con el acopio de piedra para el firme.12

Tras la llegada del sexenio democrático se produjeron algunos levantamientos en 1869 y se adoptaron también medidas especiales para evitar que la vía férrea fuese interceptada.13

El impulso que a todos los sectores dio el ferrocarril fue inmenso. Fuente de Piedra se benefició de ese motor en todos los sentidos; los andenes eran un hervidero de vida a la entrada o salida de trenes. A los tradicionales viajeros se sumaban los curiosos que bajaban a sorprenderse con la llegada o salida de aquellas inmensas moles de hierro movidas a vapor, lo que aumentaba el tráfico de personas y los peligros que entrañaba, produciéndose algunas desgracias. Para evitar en cierto modo esta afluencia de gente que no hacía uso del ferrocarril se estableció el “billete de andén”,14 con lo que se obtenía un doble beneficio: menos riesgo de accidentes por una parte y más ingresos para la compañía ferroviaria, por otra.

En sus inicios, la red de ferrocarriles no era propiedad del Estado, sino que la compartían varias compañías. En Fuente de Piedra estaba a cargo de la Compañía de Ferrocarriles Andaluces. A ellos les correspondía los arreglos y demás servicios derivados de sus funciones. Por este motivo, en 1886 se procedió al acarreo de piedra para adecentar el patio de viajeros y la explanada anterior, así como el arreglo y conservación del tramo de carretera que unía la estación férrea con el municipio.15 Y también ese año de 1886, aprovechando el eco que la noticia recogida en la prensa de Madrid, que afirmaba que las aguas estancadas de La Laguna había provocado la muerte por paludismo de 80 personas,16 y la buena marcha de la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces, que vivía su edad de oro por estas fechas, propició el que costease la limpieza y desecación de los canales y accesos de agua a La Laguna que discurrían por los terrenos que pertenecían a dicha Compañía.17 Años más tarde haría también dignas aportaciones para contribuir a la limpieza y desecación de otras zonas.

La próspera existencia de la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces, conocida popularmente como “Los Andaluces”, entró en crisis a finales de los años 20, al igual que tantas otras empresas. A los felices años 20 sucederían los sombríos años 30. Y esta crisis, para la Compañía de los Ferrocarriles terminaría en 1936, en plena guerra civil con la nacionalización de la red por parte del Estado, desde entonces gestionada por RENFE.

 

 

Fragmento de “Historia Temática Villafontense”

Capítulo.- TRANSPORTES Y COMUNICACIONES:

El Ferrocarril

Francisco Muñoz Hidalgo

(Obra en composición)

 

 

 

 

 

(1) A.M.F.P. Doc. Sec. Año 1859 Doc. Nº 262

(2) Ibídem Año 1863 Doc. Nº 186

(3) A.M.F.P. Doc. Sec. Año 1866 Doc. Nº 135

(4) Ibídem Doc. Nº 151

(5) Ibídem Doc. Nº 143

(6) Ibídem Doc. Nº 155

(7) Ibídem Año 1867 Doc. Nº 316

(8) A.M.F.P. Doc. Sec. Año 1882 Doc. Nº 116

(9) El 7 de septiembre de 1868 se produjeron altercados con los trabajadores de La laguna que estaban construyendo el canal de desecación. Posteriormente tendría lugar la Revolución de 1868, llamada La Gloriosa. Para ampliar datos sobre las consecuencias en Fuente de Piedra véase el capítulo Crónica Histórica de La laguna Salada.

(10) A.M.F.P. Doc. Sec. Año 1868 Doc. Nº 244 y 245

(11) A.M.F.P. Doc. Sec. Año 1.867 doc. Nº 306

(12) Ibídem Doc. Nº 370

(13) Ibídem Año 1869 Doc. Nº 507

(14) Ibídem Año 1875 Doc. Nº 303

(15) A.M.F.P. Doc. Sec. Año 1886 Doc. Nº 132

(16) Noticia infundada y lanzada con mala fe como más adelante se pudo comprobar

(17) A.M.F.P. Doc. Sec. Año 1.886. Leg. 4 doc. Nº 70

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