Ranos 54-55
Ranos 54-55

FUENTE DE PIEDRA

 La Primera República (1873-1874) 

(Siempre un paso por delante del Gobierno)

       El 11 de febrero de 1873 se proclama la Primera República Española. En Fuente de Piedra se declara dos días más tarde, el jueves 13, y lo celebra con repique de campanas y encendido del alumbrado del centro del municipio.

         En los once meses que duró la Primera República el Gobierno tuvo cuatro presidentes. Fuente de Piedra lo superó; en el mismo tiempo hizo seis cambios.

         El alcalde, Juan Fernández se mantuvo en su puesto hasta el 9 de marzo en que un considerable número de vecinos pidió su dimisión. El bastón de mando pasó de inmediato a manos de Juan Pachón sin que parte del vecindario atendiese ningún tipo de razones ante ese atropello. Para evitar enfrentamientos, el alcalde saliente entregó la vara de mando, no sin dejar antes por escrito, ese mismo día 9, detalle de cómo se desarrollaron los acontecimientos.

         Un día más tarde, el 10 de marzo tiene lugar en la Sala Capitular una reunión de los miembros de la Junta Republicana, que se hacen llamar «Ciudadanos», y se encargan de legitimar mediante votación al nuevo alcalde republicano y al resto de la Corporación, quedando constituido el nuevo Ayuntamiento con Juan Pachón al frente, como Alcalde Presidente.

         La situación política local era tan insostenible que tres meses más tarde, el alcalde presentaba «voluntariamente» su dimisión, secundada por el resto de la Corporación municipal. De inmediato se procedió a preparar unas elecciones de las que debía salir elegido el nuevo Ayuntamiento. Y en esos trámites se andaba cuando el 13 de julio se recibe instrucción del gobernador civil ordenando se suspendiera dicha elección. Se hacía necesario hacer comprender la nueva situación a los vecinos, aunque la masa, amparándose en el anonimato no atiende a razones y durante la semana del 14 al 20 no cesa de provocar incidentes que culminará la noche del 21 de julio cuando, a eso de las 11 de la noche, nueve «ciudadanos» de los que componían el Comité o Junta Republicana se presentan en casa del alcalde exigiendo su dimisión y la entrega de la vara que, de inmediato, pasó a manos del republicano Bartolomé Escribano, desatendiendo lo ordenado por el Gobierno Civil de Málaga, y sin tener reparo alguno en destituir al alcalde que tres meses antes habían elegido por unanimidad por, según reza en acta, «no ser amigo de los vocales de la Junta Local Republicana.»

         Resultado de ello, el alcalde cesado, Juan Pachón, dejaba la Alcaldía en manos de la Comité Local Republicano, que ahora se había engrosado. Años atrás los republicanos se podían contar con los dedos de una mano. Ahora lo era casi todo el pueblo. Circunstancias mandan. El 23 de julio, ya se había elegido nuevo Ayuntamiento acorde a sus intereses.

         No habían pasado tres meses cuando tienen lugar nuevas elecciones municipales. Hay pocos cambios; la Corporación se mantiene siendo sustituidos sólo dos concejales.

         A principios de enero de 1874 el golpe de Estado del general Pavía da inicio a la dictadura del general Serrano, lo que supone la supresión de la Constitución, de los derechos y libertades y provoca el repliegue de los miembros más radicales del Comité que actuarán desde la clandestinidad y bajo la estrecha vigilancia de la autoridad municipal. La alteración del orden no cesa. El Gobierno Civil, consciente de quien provoca los tumultos pide al alcalde que detenga, identifique y ponga a su disposición a los que alteran el orden, a los perturbadores, gente de mal vivir, republicanos cantonales y carlistas de acción.

         El 21 de enero de 1874 se ha formado el nuevo Ayuntamiento bajo la presidencia de Francisco Montero. Los enfrentamientos entre los propios miembros de la Junta Local Republicana no cesan. Dos meses más tarde, el 7 de marzo hay nueva Corporación encabezada por Francisco Calle Ruiz. Las diferencias entre los propios ediles provoca la intervención del Gobierno Militar que autoriza al alcalde a formar otro nuevo Ayuntamiento bajo su presidencia con aquellas personas que considerare más aptas para el cargo.

         El año empezaba caliente y al paso de los días se iría caldeando aún más. En julio se había declarado el estado de sitio. Se vigiló concienzudamente a los muchos alborotadores que había en el municipio, estrechamente relacionados con las obras de desecación de La Laguna que aquel año llegó a tener hasta 500 obreros trabajando al unísono.

         El 6 de septiembre, en víspera de feria, se produce un amotinamiento y la Comandancia Militar, enterada de la situación, envía 20 hombres armados para reprimir el tumulto.

         El 14 de enero de 1875 entraba en Madrid Alfonso XII, iniciándose el proceso de la Restauración que Cánovas del Castillo había venido gestando lo que supuso el fin de la Primera República y la llegada de la Monarquía. En consecuencia, nuevo cambio de ediles y nuevo Ayuntamiento.

         Hasta aquí, seis son los cambios de Ayuntamiento habidos. Este último no lo contamos, pues se produce dentro de la restauración monárquica.

         Tres meses más tarde empezarán a salir los trapos sucios de las gestiones realizadas por esas seis Corporaciones del período republicano. Pero eso es otra historia.

Francisco Muñoz Hidalgo

 

 

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