Ranos 54-55
Ranos 54-55

FUENTE DE PIEDRA

 

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ELEGÍA: FUENTE DE PIEDRA

(A su fuente, su casería, su laguna, su tradición, la añoranza y el consuelo) 

(Artículo publicado en el programa de  Feria de 1997)

¡Sí!, gritar fuerte quisiera

al contar mi sentimientos,

para que los cuatro vientos

los divulguen por la tierra.

Y sepan que pensamientos

son los que mi alma devela,

y mi dolor no consuela,

ni luchas, ni sufrimientos. 

 

No sabemos apreciar

esas “cosas” que tenemos,

y cuando ya las perdemos,

sólo sabemos llorar.

Y es así, pues comprendemos

que lo que nuestro fue un día,

si ayer se desvanecía,

al recordar lo añoremos. 
 
¿Qué cosas hemos perdido?

¿Y qué bienes nos robaron? 
Mas dime: ¿cuántos lucharon

o denunciarlo has oído?

Si te quitan lo que es tuyo

y no enseñas los dientes

piensa si no lo mereces

porque no tienes orgullo. 

 

LA FUENTE

Una mañana de mayo

fue que cayó la primera;

una muerte traicionera

la golpeó como el rayo.

¡A ti!, que todo lo diste,

¡A ti!, que todo se debe

¡Tú!, que sanas al que bebe

¡Dios!, que trato recibiste. 

 
LA CASERIA

¡Y tú!, que fuiste una rosa

y con dos torres mirabas,

vi que sangre derramabas

al golpe que te destroza.

Pero quedan tus espinas 
que en mi corazón se clavan.

Si las aguas ya no sanan,

¿quién sanará mis heridas? 
 
LA LAGUNA

Porque las de La Laguna

aquellas que son saladas

quedaron frías, heladas

ante el llanto de la luna.

Y hoy, aún la luna llora

cuando te ve encadenada,

sin motivo condenada.

Y en tu favor ¿quién aboga? 
 
LA TRADICIÓN

Creen portar la “verdad”,

mas aislándote del pueblo,

¿quién será ahora tu consuelo?

¿Quién su amor te dará?

Y “eso” que el pueblo labró

y hoy es saber ancestral

quien lo pretenda cambiar

que dé motivo y razón. 

 

Porque ahondé en el pasado

de este pueblo en que nací

y orgulloso descubrí

un saber que fue enterrado.

¡Que flamenco se llamaba!

yo les llamaré ¡CAGARZOS!,

tal como lo oía en brazos

cuando andar aún no andaba. 
 
LA AÑORANZA

Y me resisto a creer

el no poderme bañar

en aquel pequeño mar

que hoy sólo un recuerdo es.

Y me hace entristecer

que esas aguas que sanaban

y la “rosa” que cortaban

no las volveré a ver. 
 
Si mi escudo es la razón,

sea la palabra espada,

y a fuego quede grabada 
la ansiedad del corazón.

Y que perdure en el tiempo

lo que esa llama grabó

y la herida que se abrió

que no la seque el viento. 
 
EL CONSUELO

Pregunté si este dolor

sólo a mí me afligía,

si alguien lo compartía,

… y respuesta no llegó.

Y aunque gritar he gritado

mi voz allí se quebró,

porque el viento la paseó

y el viento se la ha llevado 
 
Mas luchar por ti debía,

porque en tu seno nací

y bien presto comprendí

que ayuda nos pedías.

Pero tú no tienes sierra

que mi voz devuelva su eco

por eso ya sólo espero 
contárselo un día a la tierra. 
 

 

                         Francisco Muñoz Hidalgo

                         Programa de Feria de 1997

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