FUENTE DE PIEDRA
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ELEGÍA: FUENTE DE PIEDRA
(A su fuente, su casería, su laguna, su tradición, la añoranza y el consuelo)
(Artículo publicado en el programa de Feria de 1997)
¡Sí!, gritar fuerte quisiera
al contar mi sentimientos,
para que los cuatro vientos
los divulguen por la tierra.
Y sepan que pensamientos
son los que mi alma devela,
y mi dolor no consuela,
ni luchas, ni sufrimientos.
No sabemos apreciar
esas “cosas” que tenemos,
y cuando ya las perdemos,
sólo sabemos llorar.
Y es así, pues comprendemos
que lo que nuestro fue un día,
si ayer se desvanecía,
al recordar lo añoremos.
¿Qué cosas hemos perdido?
¿Y qué bienes nos robaron?
Mas dime: ¿cuántos lucharon
o denunciarlo has oído?
Si te quitan lo que es tuyo
y no enseñas los dientes
piensa si no lo mereces
porque no tienes orgullo.
LA FUENTE
Una mañana de mayo
fue que cayó la primera;
una muerte traicionera
la golpeó como el rayo.
¡A ti!, que todo lo diste,
¡A ti!, que todo se debe
¡Tú!, que sanas al que bebe
¡Dios!, que trato recibiste.
LA CASERIA
¡Y tú!, que fuiste una rosa
y con dos torres mirabas,
vi que sangre derramabas
al golpe que te destroza.
Pero quedan tus espinas
que en mi corazón se clavan.
Si las aguas ya no sanan,
¿quién sanará mis heridas?
LA LAGUNA
Porque las de La Laguna
aquellas que son saladas
quedaron frías, heladas
ante el llanto de la luna.
Y hoy, aún la luna llora
cuando te ve encadenada,
sin motivo condenada.
Y en tu favor ¿quién aboga?
LA TRADICIÓN
Creen portar la “verdad”,
mas aislándote del pueblo,
¿quién será ahora tu consuelo?
¿Quién su amor te dará?
Y “eso” que el pueblo labró
y hoy es saber ancestral
quien lo pretenda cambiar
que dé motivo y razón.
Porque ahondé en el pasado
de este pueblo en que nací
y orgulloso descubrí
un saber que fue enterrado.
¡Que flamenco se llamaba!
yo les llamaré ¡CAGARZOS!,
tal como lo oía en brazos
cuando andar aún no andaba.
LA AÑORANZA
Y me resisto a creer
el no poderme bañar
en aquel pequeño mar
que hoy sólo un recuerdo es.
Y me hace entristecer
que esas aguas que sanaban
y la “rosa” que cortaban
no las volveré a ver.
Si mi escudo es la razón,
sea la palabra espada,
y a fuego quede grabada
la ansiedad del corazón.
Y que perdure en el tiempo
lo que esa llama grabó
y la herida que se abrió
que no la seque el viento.
EL CONSUELO
Pregunté si este dolor
sólo a mí me afligía,
si alguien lo compartía,
… y respuesta no llegó.
Y aunque gritar he gritado
mi voz allí se quebró,
porque el viento la paseó
y el viento se la ha llevado
Mas luchar por ti debía,
porque en tu seno nací
y bien presto comprendí
que ayuda nos pedías.
Pero tú no tienes sierra
que mi voz devuelva su eco
por eso ya sólo espero
contárselo un día a la tierra.
Francisco Muñoz Hidalgo
Programa de Feria de 1997