Ranos 54-55
Ranos 54-55

FUENTE DE PIEDRA

 

Momentos Históricos

 

5

 

EL DIRECTORIO MILITAR EN LA

DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA

(1923-1925)

           El 13 de septiembre de 1923, el capital general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, da un golpe de Estado que conduce a una dictadura militar, cuyo análisis a grandes rasgos se podría dividir en dos fases: el Directorio Militar (1923-25), y el Directorio Civil (1925-30). Veamos el primero de ellos, es decir, la forma en la que el Directorio Militar influyó en la vida villafontense.

         Con la dictadura primoriverista quedaron arrinconadas las libertades políticas y las demandas proletarias, se suspendió la Constitución, se disolvieron los ayuntamientos y se declaró el estado de guerra. En Fuente de Piedra, tras estos acontecimientos, el alcalde D. Francisco León del Pozo convocó a la Corporación a un pleno extraordinario el sábado 22 de septiembre para cambiar impresiones y adoptar las medidas que se considerasen más convenientes. Resultado de ello, y por consenso unánime, en el acta de la sesión de ese sábado 22 leemos:

«[…] este Ayuntamiento se adhiere e identifica al movimiento patriótico iniciado y se ofrece incondicionalmente al nuevo Gobierno integrado por el Directorio Militar del que es Presidente el General Excmo. Sr. Don Miguel Primo de Rivera, Marqués de Estella, por esperar de él la salvación de la patria; que promete secundar y cumplir en todo cuanto con el Municipio se relacione, las órdenes y disposiciones que del nuevo Gobierno emanen, que el Sr. Alcalde Presidente visite y cumplimente al Excmo. Señor Gobernador Militar, encargado también del Gobierno Civil y le testimonie personalmente estos sentimientos y el respeto y adhesión de esta Corporación, y que de este acuerdo se expida y remita a dicho Excmo. Señor Gobernador Militar copia certificada por si tiene a bien ponerlo en conocimiento del Directorio Militar».[1]

         El martes 2 de octubre se vuelve a reunir en sesión extraordinaria la Corporación, pero la convocatoria no parte de alcalde, sino de la autoridad militar villafontense. El teniente de la Guardia Civil, D. José Gómez Rojas, preside el acto y de inmediato disuelve el Ayuntamiento, sustituyéndolo legalmente, según la ley municipal, con vocales de la Junta de Asociados. De esta forma son provisionalmente elegidos los vecinos D. José García Dorado, en funciones de alcalde; D. Plácido de la Torre Carrascosa, Primer teniente de alcalde; D. José Galisteo Martín, Segundo teniente de alcalde y, completando la Corporación, otros seis concejales, de los cuales dos dimitirán antes de finalizar el año.[2]

         En estas circunstancias será este gobierno municipal provisional el que dos días más tarde, jueves 4 de octubre, dé vía libre a la solicitud presentada por un abogado y vecino de La Carolina (Jaén), D. Fermín Martínez Huarte, en calidad de socio gestor de la sociedad Lozano Pintado y Compañía, que solicitaba:

«[sic] autorización del Ayuntamiento para establecer en el sitio llamado de la Sota, extramuros de esta Población  una Fábrica de extracción de aceite de orujo por medio del Sulfuro de Carbono y otra de Jabones».[3]

         Ante la aquiescencia de D. José Rodríguez Zambrana, médico titular, y por tanto Inspector Local de Sanidad, que no encontró inconveniente para que se accediese a lo solicitado una vez analizado el proyecto y elaborado el correspondiente informe que transmitió a la Corporación, esta dictaminó que: 

«[sic] previo examen del mencionado expediente de la Instrucción General de Sanidad y de las disposiciones vigentes sobre establecimientos insalubres, peligrosos o incómodos y Resultando que en el expediente ha informado el Inspector Municipal de Sanidad Don José Rodríguez Zambrana en el sentido de que las Fábricas que la Sociedad mencionada pretende establecer en las afueras de esta población y sitio de la Sota por su emplazamiento y su forma de instalación, desenvolvimiento y funcionamiento futuro no encuentra nada que sea contrario a la higiene ni que pueda ser perjudicial para la salud pública y Resultando que durante el plazo de treinta días que ha estado expuesto al público el expediente previa publicación de edictos, no se ha presentado ninguna reclamación ni observación. Considerando que las mencionadas industrias además de no ofrecer peligro para la seguridad y salubridad pública han de producir beneficios a la población, al Estado y al Municipio, previa discusión en votación ordinaria acordó por unanimidad conceder a la compañía regular colectiva Lozano Pintado y Compañía la autorización solicitada para el establecimiento de la Fábrica de extracción de aceite de orujo y para la de jabones cuya autorización se concede sin perjuicio de tercero y sobre el derecho de propiedad del terreno que ocupe para su emplazamiento y aprovechamiento».[4]

         Esta Corporación provisional pronto empezó a desintegrarse. El segundo teniente de alcalde D. José Galisteo Martín abandona el cargo por ser incompatible con el que asumió de Recaudador Municipal.[5] Será D. Francisco Montero Casado, uno de los seis concejales, el que le sustituya,[6] pero quedando una vacante en la Corporación. Y si esto ocurría a  primeros de noviembre, a finales de ese mes será otro concejal el que abandone el escaño, D. José López Flores, que alegó su avanzada edad[7] y la enfermedad que padece.

         Una vez asentada la dictadura, en febrero de 1924, el delegado gubernativo del partido, teniente coronel de infantería D. Ricardo Serrador Santés, hizo una visita al pueblo, revisó las cuentas, repuso los dos concejales faltantes y recomendó  arreglar «todas» las calles, reformar la fuente pública, separar con una verja la zona de recogida del agua del abrevadero para las bestias y situar el lavadero al final de la Plaza del Prado, llevando hasta allí el agua mediante tubería, tapando el arroyo que sirve de desagüe, convirtiendo la Plaza en un paseo. De vuelta a la Casa Consistorial, el delegado gubernativo manifestó:

«[…] su deseo de que constara en acta su felicitación a la actual Corporación Municipal, tanto por la capacidad de las personas que la integran como por la buena administración, interés por el pueblo y acertada orientación, y por ser el único Ayuntamiento de su distrito que no ha sido necesario destituir».[8]

         Con el ánimo subido y los tiempos que corrían, en el pleno de la semana siguiente, el Ayuntamiento recibía a una comisión de vecinos que hizo entrega a la Corporación de una solicitud que recogía la idea iniciada por el médico titular D. José Rodríguez Zambrana, que por motivos laborales no pudo entregar personalmente. La solicitud recogía la forma de homenajear al fallecido D. Francisco Luque y fue entregada por varios vecinos, entre los que se encontraban D. Miguel Palomo Montenegro, cura párroco; el exalcalde D. Vicente Rubio; el industrial D. José Paniagua; el administrador de Correos D. Francisco León y varios vecinos más. Leída la solicitud, la Corporación apoyó y acordó por unanimidad acceder a lo solicitado: la calle en la que se encuentra su vivienda, el palacete del marquesado de Fuente de Piedra, hasta entonces llamada calle Mesones, recibiría poco más tarde el nombre del homenajeado: Francisco Luque.[9] Días más tarde se descubría una placa de mármol con su nombre y busto en bajo relieve en la fachada del citado edificio, junto a la puerta de acceso; acto que contó con una multitudinaria asistencia de vecinos.

         Dos meses más tarde, el domingo 6 de abril, volvía el teniente coronel Ricardo Serrador, disolvía el Ayuntamiento provisional y con algunos cambios, nombraba la nueva Corporación[10] y se podría interpretar que anduvo allanando el camino, pues un mes más tarde informaba a ese nuevo Ayuntamiento del proyecto, ya en marcha, de crear un partido político denominado Unión Patriótica, un partido que se definía «apolítico», formado por «gente de ideas sanas y de buena fe» con ideales patrióticos. La Corporación acordó por unanimidad, con entusiasmo y fe, apoyar la creación de dicho partido, propagar la idea en la localidad y para facilitar que los vecinos ingresasen en sus filas, se convocaba una reunión cuatro días más tarde, domingo 18 de mayo, en el edificio de la Escuela de Niñas (hoy sede del Ayuntamiento), para constituir el Comité Local.[11] A esta reunión asistió el propio delegado gubernativo, teniente coronel Sr. Serrador Santés, quedando el Comité formado por:

Presidente:            José Rodríguez Zambrana, médico

VicePresidente:     Francisco Acuñas del Pozo, propietario

Tesorero:               José García Dorado, alcalde e industrial

Secretario:             Diego Montero León, industrial

Vocales:                 Vicente Rubio Dorado, industrial

                              Diego Reina Verdugo, industrial

                              Juan Doblas Ruiz, industrial

                              Antonio Reina Galisteo, obrero (albañil)

                              Francisco Arcas Fernández, obrero agrícola.[12]

         En otro orden de cosas, a finales de agosto se produce la clausura de la estación telegráfica. Como un jarro de agua fría cae aquella noticia en el pueblo. La Corporación luchará durante años intentando reabrirla, sin conseguirlo. Habrá que esperar varios años para verla de nuevo en servicio.[13]

         En octubre, Plácido de la Torre Carrascosa, 1er teniente de alcalde, dimite del cargo alegando enfermedad. Es el inicio de una larga cadena que dimisiones a partir de la primavera del 25.

         Por otra parte, de tiempo atrás se venía respirando cierto sentimiento antimonárquico en todo el país que culminaría en una intensa campaña contra la monarquía a finales de 1924. El golpe de Estado de Primo de Rivera, apoyado por el rey, propició ese sentimiento antimonárquico que iba al alza. En lo social, la izquierda, con el referente ruso, empezó a organizarse en partidos y sindicatos revolucionarios como la anarquista CNT (Confederación Nacional del Trabajo), o la UGT, calando en la población villafontense. Durante la dictadura primoriverista estas ideas no desaparecen; el control exhaustivo y ordenado aparejado a la dictadura militar las silenció, pero permanecerán aletargadas esperando saltar a la primera ocasión, circunstancia que ocurrirá a mediados de 1930. Como respuesta a la campaña antimonárquica surgió otra a favor de la monarquía, a la que Fuente de Piedra se suma, siguiendo la iniciativa encabezada por el Ayuntamiento de Madrid y, el sábado 10 de enero de 1925, la Corporación villafontense, por unanimidad según reza en acta, nombra a los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia, alcalde y alcaldesa honorarios de Fuente de Piedra. El acta en que queda recogida dicho nombramiento dice:

«[…]   Se dio cuenta de un escrito del Alcalde de Madrid referente a la moción aprobada por aquel Excmo. Ayuntamiento testimoniando el amor del pueblo a sus Reyes y sus sentimientos de adhesión a la Monarquía en desagravio y protesta de la campana antimonárquica emprendida por falsos apóstoles, con torcidos fines.

Enterado el Ayuntamiento y abundando en los mismos sentimientos que el de Madrid y el de toda España, de confianza y fe en la Monarquía y de alto aprecio, admiración y amor a sus Reyes, adoptó por unanimidad los siguientes acuerdos:

1º Honrarse nombrando a S.S. M.M. los Reyes Don Alfonso XIII y Doña Victoria Eugenia, Alcalde y Alcaldesa honorarios de Fuente de Piedra.

2º Felicitar al Ayuntamiento de Burgos, cabeza de Castilla y relicario de nuestras glorias patrias, como afortunado precursor de esta iniciativa.

3º Que en representación de este Ayuntamiento, concurra su Alcalde-presidente, Teniente o Concejal en quien delegue, el 23 del actual a la capital de la Monarquía para, en unión de los demás Alcaldes de España, hacer entrega a S.S. M.M. de los precitados nombramientos».[14]

         Próximo al finalizar el verano de 1925, la política local volverá a sufrir algunos cambios, que entendemos positivos, pues la gestión había quedado reducida a mínimos y la llegada de nuevos gestores pondrá en marcha nuevas iniciativas y recuperará con entusiasmo otras que habían quedado en cierto modo abandonadas o no debidamente atendidas.

         El sábado 29 de agosto presenta su dimisión el máximo edil D. José García Dorado. Tras un año de gestión como alcalde-presidente de la Corporación, nombrado por la autoridad militar al inicio de la dictadura primoriverista, abandona su escaño alegando su delicado estado de salud. Pero esta dimisión no vendrá sola, irá acompañada en ese mismo pleno de otras tres; las del primer y segundo teniente de alcalde, D. Rafael Pardo Porras y D. José López Rodríguez, aduciendo los mismos motivos, el estado de salud. Además de haber quedado disminuida la Corporación con la dimisión de los miembros de más responsabilidad, alcalde, y 1º y 2º tenientes de alcalde, se suma una tercera renuncia, la del concejal D. Enrique Pachón Pachón, motivada, igualmente, por su avanzada edad.[15] En esta situación toma provisionalmente el control de la Corporación D. Antonio Díaz Pachón, concejal de mayor edad, que tras ocupar el asiento del presidente, procedió según la vigente ley municipal a la elección de:

«[sic] alcalde interino, resultando elegido por seis votos el Concejal D. Remigio Rubio Tirado, el cual recibió del Alcalde saliente las insignias de su cargo pasando acto seguido a ocupar el lugar de la Presidencia en los escaños del Salón de Sesiones […]».[16]

         Se dio detallada cuenta de lo ocurrido al delegado gubernativo para que procediese ratificando o rectificando la elección y nombrase los escaños vacantes. El problema quedará, parcialmente, resuelto el 18 de septiembre con el nombramiento de los cuatro concejales faltantes que completan la Corporación, de tal manera que ese viernes 18, al que asistieron todos los ediles y se votaron los cargos del nuevo Ayuntamiento, fueron elegidos: D. Remigio Rubio Tirado, por nueve votos a favor y una papeleta en blanco, alcalde presidente de la nueva Corporación; D. Francisco Acuñas del Pozo, 1er teniente de alcalde, y D. Antonio Díaz Pachón, segundo teniente de alcalde. También, otro concejal, D. Francisco del Pozo Acuñas, era nombrado Depositario. Y decíamos unas líneas más arriba que se había formado parcialmente el nuevo Ayuntamiento porque nada más terminar la votación, dos concejales solicitan ser relevados de su cargo por razones de salud. De esta guisa, D. Francisco Montero Casado y D. Antonio Durán Martínez abandonan sus escaños y el nueve Ayuntamiento arranca con dos concejales menos.[17] Varios días más tarde serán nombrados sustitutos D. Pedro Montero Navarro y D. Juan Montero Casado, quedando completa la Corporación.[18] 

         El nuevo Ayuntamiento entra con fuerza iniciando una serie de acciones, entre ellas el cambio de nominación de algunas calles, la adquisición del reloj de la torre de la iglesia y otros proyectos que justificarán sobradamente su buena labor. Gestión que tendrá su desarrollo a partir de 1926, durante el llamado Directorio Civil, dentro de la dictadura primoriverista.     

 

[1] AMFP. A. C. Año 1923, sesión extraordinaria de 22 de septiembre.

[2] AMFP. A. C. Año 1923, sesión de 2 de octubre.

[3] Ibidem.  Año 1923, sesión de 4 de octubre.

[4] AMFP. A. C. Año 1923, sesión de 4 de octubre.

[5] Ibidem. Año 1923, sesión de 1 de noviembre.

[6] Ibidem. Año 1923, sesión de 15 de noviembre.

[7] Contaba entonces D. José López Flores 68 años. Se puede considerar una edad avanzada, si bien hay ediles que se mantienen en el cargo superando los 75 años.

[8] AMFP. A. C. Año 1924, sesión extraordinaria de 22 de febrero.

[9] AMFP. A. C. Año 1924, sesión de 28 de febrero.

[10] Ibidem. Año 1924, sesión de 6 de abril.

[11] AMFP. A. C. Año 1924, sesión de 15 de abril.

[12] AMFP. Corresp. Oficial. Año 1924, 18 de mayo, doc. N.º 5679.

[13] Para ampliar conocimientos véase el tema titulado El Telégrafo, en el bloque Transportes y Comunicaciones.

[14] AMFP. A. C. Año 1925, sesión de 10 de enero.

[15] AMFP. A. C. Año 1925, sesión de 29 de agosto.

[16] Ibidem. Año 1925, sesión de 29 de agosto.

[17] Ibidem. Año 1925, sesión de 18 de septiembre.

[18] Ibidem. Año 1925, sesión de 10 de octubre.

 

1924.- Momento en el que se procede a descubrir la placa marmórea en honor de D. Francisco Luque, junto a la puerta de acceso al palacete del Marquesado de Fuente de Piedra, donde residió. Ese mismo día, la calle Mesones, donde se ubicaba el palacete, pasó a llamarse calle Francisco Luque.

Fragmento de Historia Temática Villafontense

Capítulo.-  Momentos Históricos

El Director Militar en la Dictadura de

Primo de Rivera, 1923-1925

Francisco Muñoz Hidalgo

(Obra en composición)

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