FUENTE DE PIEDRA
Hace 500 años, ya embotellaba su agua medicinal
Coger un lote de agua embotellada de la estantería de un autoservicio, hoy es tarea fácil. Hace 500 años no lo era tanto. Bueno, en Fuente de Piedra sí. El agua se envasada en cántaros, con las debidas medidas de seguridad e higiene y era transportada por la geografía nacional, al Reino de Nápoles e incluso a al continente recién descubierto, América.
El profesor, historiador y arqueólogo Ambrosio de Morales, que visitó el lugar en 1577, comprobó los efectos del agua medicinal en su propio cuerpo y en sus Antigüedades de las Ciudades de España, hace referencia a ello y comenta ampliamente las virtudes de las aguas de la fuente de la piedra, llegando a decir de ella:
«… ut meritissimum primusque fons munus hispaniae»
que viene a decirnos que era: La primera y más importante de todas las fuentes de España.
«Quando la llevan lexos, un Escribano da testimonio de la persona, día mes y año en que se cogió el agua, y después el Cura de la Iglesia sellos los cántaros para que no se pueda abrir sin sentirse; y Escribano y Cura hay porque poco a poco…».
Por tanto, el agua llevaba su Certificado de Calidad. Cuando el traslado del líquido era más corto, podríamos decir que también. De nuevo el historiador puntualiza:
«… Pónese muy gran recaudo en que se haga falsedad de dar otra por ella, por esto si se lleva a los lugares cercanos, los aguadores que viven de llevarla, se ponen guirnaldas de la yerba Saxifragia, de que la fuente está rodeada, y si llega la yerba fresca en la guirnalda, es señal de haber llegado a la fuente, y cogido el agua, por no haber aquella yerba sino allí en toda aquella tierra».
En conclusión, hace cinco siglos, Fuente de Piedra ya embotellaba agua medicinal. Personajes célebres comprobaron las virtudes del líquido «quebrando la piedra generada en el riñón». Del último que tenemos noticia fidedigna es de Juan Agustín Ceán Bermúdez, secretario de Gaspar Melchor de Jovellanos, amigo de Goya y miembro de las Reales Academias de Historia y Bellas Artes San Fernando de Madrid, entre otras muchas distinciones, quien en 1806 hizo llevar agua a Sevilla, para que la bebiera su amigo y ministro de Hacienda y Estado de Carlos IV, D. Francisco de Saavedra, que venía sufriendo de cálculos renales hacía meses. Al tercer día de tomar el agua comenzó a expulsar las piedras, quedando días más tarde totalmente restablecido de dicha dolencia. El hecho lo recoge el propio Ceán Bermúdez en su Sumario de las Antigüedades Romanas que hay en España, obra póstuma, pues se publicó en 1832 cuando Ceán Bermúdez ya había fallecido.
Francisco Muñoz Hidalgo