Ranos 54-55
Ranos 54-55

FUENTE DE PIEDRA

 El altar mayor: de vuelta a lo mismo tres siglos más tarde 

         Desde sus orígenes, la ermita, la posterior iglesia y más tarde, tras el terremoto de 1884 el templo actual, levantado de nueva planta, contó con un altar mayor del que, aún siendo humilde, los vecinos se sentían orgullosos.

         El actual altar mayor (retablo) en nada se parece a los que le precedieron, pero de todos ellos destaca la nota discordante puesta en práctica a mediados de los años sesenta del pasado siglo, que supuso volver tres siglos al pasado como ahora veremos.

         El actual templo fue construido de nueva planta entre los años 1885 y 1889, sustituyendo al anterior, que era de una sola nave y quedó arruinado por el terremoto el día de Navidad de 1884. Tal fue el destrozo que sufrió que el nuevo templo hubo que levantarlo desde sus cimientos y se hizo con tres naves, de planta basilical. La nueva iglesia de Fuente de Piedra y las de Periana y Torre del Mar fueron los tres únicos templos de la provincia que fueron levantados en su integridad debido a los destrozos provocados por el seísmo. Al resto de edificios religiosos que también se vieron afectados sólo se les reparó las zonas dañadas.    

         Este nuevo templo, ubicado en el mismo lugar que el derruido, continuó con el mismo nombre: Iglesia de Nuestra Señora de las Virtudes y como cabía esperar, la nave central la preside desde su camarín en el altar mayor la titular de la parroquia y patrona del pueblo, o sea, la Virgen de las Virtudes. A ambos lados, en sendas repisas, la acompañaban dos imágenes, cambiantes según el ciclo litúrgico y el año que tratemos.

         Con ligeros cambios y algunas incidencias como el asalto a la iglesia y destrucción o quema de enseres, ornamentos e imágenes aquel miércoles 13 de mayo de 1936, que serían en parte repuestos poco después, el aspecto que presentaba el altar mayor lo vemos en la imagen de la izquierda del encabezamiento de esta nota. Pero llegó la década de los 60, el Concilio Vaticano II y la interpretación de austeridad que proclamaba tomada al pie de la letra por el párroco de turno, que dejó el altar como se aprecia en la segunda imagen, la de la derecha. 

         Si tuviésemos que describir el estado del altar mayor en esos momentos y la comparásemos con la descripción que 300 años antes hizo García de Yegros en su Historia de la antigüedad y nobleza de la ciudad de Antequera, poca diferencia veríamos entre ellas. He aquí lo que diríamos de cómo quedó en la década de 1960:

«[…] es la Iglesia de tres naves, y en su altar mayor está el Sagrario; y tiene por encima un Crucifijo, y abajo, en el suelo, sobre peana en el lado del evangelio, Ntra. Sra. de las Virtudes.»

         Y tres siglos antes, hacia 1650, García de Yegros escribía:

«[…] es la Iglesia de una nave, y en su altar mayor está el Sagrario; y tiene dos altares colaterales; en el del lado del evangelio está un Crucifijo, y en el de la epístola, Ntra. Señora del Rosario, con su cofradía.»

         Es por esto que titulábamos esta nota El altar mayor: de vuelta a lo mismo tres siglos más tarde. Y si me apuran, más austero. Aquel de 1650 además del sagrario tenía dos altares, éste de 1960 sólo uno.

         Las reformas afectaron a otras zonas del templo, pero eso lo dejaremos para otro día, porque esa es otra historia.

 

Francisco Muñoz Hidalgo

 

 

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