FUENTE DE PIEDRA
Política y Gestión Municipal
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LA GESTIÓN MUNICIPAL
(1940-1975)
Tras la guerra civil asistimos a una serie de maniobras políticas derivadas del nuevo régimen que acaba de llegar. Una de ellas la encontramos en el pleno celebrado el 19 de enero de 1940, en el que se acuerda la compra de un edificio en construcción para la instalación de Escuelas de Instrucción primaria a cargo de religiosas y precio de 47.200 ptas. Finalmente, el edificio, tras ser cedida la construcción a Falange, una vez acabado, también se le cederá la titularidad, no siendo destinado a la enseñanza, como se acordó y presupuestó en el pleno. En él se ubicará la Casa Consistorial. La construcción saldría cara y de calidad muy deficiente.[1]
A finales de ese año de 1941 la Alcaldía recibía un oficio de la jefatura de la Guardia Civil en la que amenazaba con retirar las fuerzas del pueblo si no se mejoraba su albergue o se construía una nueva Casa Cuartel.[2] La Corporación barajó varias posibilidades, acordando en principio el acondicionamiento del edificio en el que se encontraba ubicada la dotación para, en fecha posterior, construir un edificio específico para este fín.
En marzo de 1943, el que fuera presidente de la Gestora Municipal, D. Rafael Pardo Porras, renuncia a la Alcaldía, ocupando su lugar el médico titular de la villa D. José Rodríguez Zambrana.[3] Si el cambio habido en la Corporación tenía lugar el 11 de marzo, tres semanas más tarde, el 30, Rodríguez Zambrana donaba 50 ptas a la suscripción popular que se había abierto para la adquisición de una imagen del Sagrado Corazón de Jesús, de las llamadas de Olot,[4] iniciándose así la recuperación de imágenes destruidas durante la Guerra Civil Española.
A finales de esa década, en 1949, la Corporación celebra un pleno extraordinario motivado por la inmediata visita de la imagen de la Virgen de Fátima los días 21 y 22 de noviembre, con el objeto de informar al vecindario del evento y los actos que tendrían lugar.[5]
En marzo de 1952, último año de gestión municipal del Sr. Rodríguez Zambrana, la Corporación acuerda suprimir el lavadero público por considerarlo un estorbo y un sitio antihigiénico al que se arrojaba toda clase de inmundicias, puesto que:
«[…] se había tapado la parte del arroyo descubierto en dicho lugar, y que como consecuencia de ello se había quitado igualmente la baranda que lo rodeaba sometiendo al parecer de la Corporación el destino que debía darse a la citada cerca […]»[6]
Tres años más tarde fue cubierto el resto del cauce de desagüe de la Fuente de la Piedra que atravesaba El Prado y aún quedaba a descubierto. El acta de la sesión extraordinaria celebrada el 26 de febrero de 1857 explica las causas que obligaban al embovedado del arroyo de desagüe:
«[…] Seguidamente por la Presidencia se hizo saber que el único objeto de esta reunión era dar cuenta de las múltiples quejas recibidas de los vecinos de esta villa acerca del arroyo abierto del desagüe de la fuente pública que al recoger las inmundicias de los alcantarillados existentes en la localidad producía unos olores insoportables, que aparte de su pestilencia era considerado sumamente peligroso para la salud del vecindario por las múltiples enfermedades infectocontagiosas que ello trae consigo. Por el mismo Sr. Presidente y Secretario también, se hizo un recuerdo sobre las innumerables veces que en el Ayuntamiento se ha tratado la forma de eliminar ese foco, así como también de lo mucho que se tenía hecho con tener embarrado el lugar más céntrico de la villa; pero que dada la situación económica del Municipio, tan deficiente en la actualidad, como consecuencia de las heladas sufridas en febrero de 1954 en las obras en que quedaron eliminadas en su totalidad, no encontrada solución para acometer gasto de tan elevada cuantía, dado que el coste total de dichas obras serían aproximadamente de sesenta mil ptas. y hacía una llamada a los Organismos Provinciales para que apoyaran esta justa piadosísima de afrontar los gastos que originaran las susodichas obras […]».[7]
La petición no cayó en saco roto. La Diputación Provincial tomó cartas en el asunto, buscó fondos y fiscalizó las obras a través de una comisión nombrada al efecto.[8] Ahora, la pelota estaba en el tejado de la Corporación, que decidió posponer la obra hasta el momento en que hubiese un mayor índice de paro. Y esto ocurría en 1959. En la sesión de pleno de 6 de mayo, encabezada por D. Antonio Acuñas Luque y demás concejales, se acuerda eliminar la parte posterior y más elevada del pilar, dejando el resto enterrado in situ para ser atravesada en su superficie por un trozo de calzada que pone en comunicación con la Plaza de la Constitución (antiguo Prado), la calle Nuestra Señora de las Virtudes. El acta de tan desatinada idea dice así:
«[…] También dijo el Sr. Alcalde que se había dado cuenta a la Junta Provincial del paro de que habían comenzado las obras de pavimentación y arreglo de la plaza y fuente pública y que aprovechando los fondos recibidos y por recibir de la Junta nacional de Empleo debía procederse a la eliminación del Pilar de la mentada fuente motivado a que es un lugar inmundo aprovechado por los vecinos para realizar operaciones de lavado de ropas y otros similares que nada benefician a la población humana y que se procediese a la retirada de la mencionada fuente hacia la pared de las viviendas sitas al sur de la misma con lo cual quedaba un espacio capaz y muy atemperado para dar vistosidad y ensanche a la calle Ntra. Sra. de las Virtudes, exhibiendo los planos o croquis de la situación en que quedaría aquel lugar. Todos los reunidos opinan que es cierto lo de la insalubridad de la fuente con su pilar y que debe procederse a su traslado hacia el lugar indicado y a que con ello se gana vistosidad y nada pierden los vecinos pues el proyecto es mejorar la recogida de agua adecentando la fuente y aislándola de posibles contaminaciones acordando por unanimidad la ejecución de los trabajos proyectados».[9]
Por otra parte, tres meses antes de que esto ocurriese, el 6 de febrero de 1959 quedaba recogida en acta la presencia en el pueblo unos días antes de un teniente coronel de la Guardia Civil acompañado de un arquitecto, los cuales se encargaron de elegir el solar donde habría de levantarse la casa cuartel, decidiéndose por el situado a la salida de la población, en el camino de Antequera:
«[…] a continuación de las edificaciones que posee la familia García Alabanda (refiérese al Palacete del Conde de Castillo de Tajo) […] que reúne las mejores condiciones y está acorde con las exigencias de este servicio».[10]
Recordemos que desde 1941, año en que el instituto armado amenazó con abandonar el pueblo si no se le habilitaba un alojamiento aceptable a la dotación allí destinada, se había ido «dando largas» al asunto hasta que intervino de nuevo la jefatura de la Guardia Civil y el proyecto de construcción de la Casa Cuartel salió adelante.
En el verano de 1961 queda constancia del deseo del vecindario de contar con un Campo de Deportes. El Ayuntamiento, haciéndose eco de la voluntad popular, toma nota y deja reflejado en acta:
«[…] también se dio cuenta de las gestiones hechas por aficionados de este pueblo interesándose por la compra y cercado de un Campo para deportes y muy especialmente para la práctica del fútbol. Se acordó que sea consultado el propietario D. Ramón Checa Luque y familia sobre la situación y venta o cesión en aquellos terrenos y seguidamente se hagan las debidas y oportunas gestiones cerca de los Organismos Superiores para la forma de dotar a la afición de fuente de Piedra de un lugar de expansión y recreo tan necesarios en la vida actual […]»[11]
Desde que hemos iniciado este capítulo en 1940 hasta el 20 de noviembre de 1975, todos los acuerdos tomados por la Corporación municipal lo fueron bajo la estrecha vigilancia y ideales de la dictadura franquista. Tras su muerte, dos días más tarde, con la proclamación de Juan Carlos I como rey de España, comienza una nueva etapa política y se empezaron a respirar nuevos aires.
[1] Sobre el edificio que ocupara las oficinas municipales durante tres décadas y la historia que lo envuelve remitimos al lector al capítulo La Casa Consistorial.
[2] AMFP. A.C. de 27 de diciembre de 1941.
[3] Ibidem. de 11 de marzo de 1943. Cambio motivado por la renuncia a la alcaldía del Sr. Pardo Porras, sustituido por el Sr. Rodríguez Zambrana quien a su vez designa a los concejales que serán 1º y 2º Teniente de Alcalde y síndico personero.
[4] AMFP. A.C. de 30 de marzo de 1943.
[5] AMFP. A.C. de 17 de noviembre de 1949.
[6] Ibidem. de 17 de marzo de 1952.
[7] Ibidem. de 26 de febrero de 1957.
[8] Ibidem. de 25 de mayo de 1957.
[9] AMFP. A.C. de 6 mayo 1959.
[10] Ibidem. de 5 de febrero de 1959.
[11] AMFP. A.C. de 4 de junio de 1961.
Fragmento de Historia Temática Villafontense
Capítulo.- Política y Gestión Municipal
La Gestión Municipal de 1940 a 1975
Francisco Muñoz Hidalgo
(Obra en composición)